Ya ha llegado el día. En unas horas vuelo hacia Japón.
12 horas a Beijin, 3 horas en el aeropuerto admirando la arquitectura 'fosteriana', y 3 horas más hasta Sapporo.
Una vez en la ciudad, he quedado con Takahiro, el estudiante japonés que me va ayudar con todas las gestiones, y me llevará a mi residencia.
Curiosamente, no estoy muy nervioso. Ya veremos qué pasa cuando escuche el "abróchense los cinturones"....