8/11/11

Arquitectura y consumismo

 Sí, suena a conferencia de los jueves, pero no. No voy a hacer ninguna reflexión sobre arquitectura de autor, expansión urbana, ni nada por el estilo... simplemente son dos palabras que describen bien mi fin de semana.

El sábado fue un día de ver arquitectura. Me levanté a las 6 de la mañana (bueno, un poco después entre retrasar el despertador y los 5 minutos que no quieres salir de la cama por el frío...) y fui a la estación, donde Takahiro me estaba esperando con su billete ya comprado. Me acompañó a la máquina, y aunque estaba vigilando, dejó que comprase yo solo el billete a Otaru (que estaba todo en Kanji)

Al rato llegó Yuya, cuando estábamos en el andén, y fuimos los tres en el tren. Me senté entre los dos, porque el tren era tipo metro, y hasta que Takahiro me preguntó si los trenes en España eran ruidosos, no me di cuenta que nosotros tres éramos las únicas personas hablando en el vagón....

Esta es la casa que movieron
Una vez en Otaru, nos unimos al resto del grupo (todos señores y señoras, éramos los más jóvenes y, por supuesto, yo el único extranjero). Nos subimos al autobús, y fuimos a visitar el primero de los edificios: una casita de un discípulo de Frank Lloyd Wright, que para ellos tenía una estética muy occidental. Sí que es cierto que podías encontrar referencias a las casas usonianas, pero para mí era la primera vivienda tradicional japonesa que visitaba en toda mi vida (de hecho, la foto que a todo el mundo le ha gustado tanto está tomada en la sala del tatami de esa casa). Además, creo que los japoneses no llegaban a entender por qué fotografiaba precisamente las cosas que para ellos eran "normales" en la casa.

Cuando salimos de la casa, volvimos a subir al autobús, esta vez de vuelta a Sapporo. Allí visitamos una antigua vivienda del mismo arquitecto, que antiguamente estaba situada en Odori Koen (sí, aquel parque lineal a lo Blasco Ibáñez), pero había sido movida hasta una zona de las afueras y ahora funciona como cafetería. Sin duda, lo de mover unaa casa es algo complicado, aunque comprensible si pensamos que aquí están hechas de madera.

A continuación fuimos a ver la casa que más me gustó de todas, y un edificio de oficinas adjunto. La casa claramente recordaba a la arquitectura de los años 50 y 60 de Koenig y Neutra, pero de nuevo con elementos japoneses (aunque en este caso estaba claro que la influencia occidental era mucho más fuerte). La visita ya fue completa cuando nos recibió la señora de la foto de mi Flickr con su kimono, y hablando de forma encantadora (no entendía demasiado, pero usaba muchísimas palabras de cortesía y acababa suavizando absolutamente todas las frases con un "ne" bien largo). Además, la casa por dentro estaba como si se hubiese construido el año pasado, muy bien conservada y con todos sus elementos originales.

Lo que más les llamó la atención a los japoneses fue la "gran innovación" que hizo el arquitecto en los paneles de papel de arroz del ventanal. Simplemente consistía en poner papel en los dos lados de los bastidores que conforman el panel, ya que lo tradicional es que solo esté a un lado (por eso de diferenciar interior y exterior y esos conceptos teóricos que tanto nos gustan a los arquitectos). De esta forma no acumula polvo en la cara superior de los bastidores horizontales. Para ellos es algo rompedor, ya que aquí saltarse las "reglas" está muy mal, y las tradiciones no son una excepción.

Y esta es la casa que tanto me gustó

Para acabar, fuimos a visitar una iglesia, la más famosa en Sapporo (sí, iglesia, no me he equivocado, era cristina, pero creo que protestante porque no había ninguna imágen ni de Jesús ni de la Virgen). Está construida con muros de ladrillo, colocados en diagonal (paralelos entre sí) para tener una mayor superficie de apoyo para la viga plana de hormigón armado que recoge la gran cercha tradicional, hecha con medios troncos, que cubre la luz de la iglesia. Era una mezcla extraña, pero el resultado era bastante bueno, sobre todo por los diversos efectos de iluminación que estos "quiebros" de los muros producían. De esta manera, el muro se volvía ligero y la cercha destacaba aún más.

El domingo, como casi todos los fines de semana, me acerqué al centro comercial de la estación central. Mi intención era comprar algo de ropa, pero al final acabé comprando de todo (de ahí lo del consumismo).

Primero, en Uniqlo, me compré una sudadera, unos pantalones de ropa interior para llevar bajo los vaqueros, y una camiseta interior, todo esto por unos 45€. También me probé un jersey que costaba 10€... o eso creía yo. Me quedaba increíble, pero cuando voy a pagar me dicen: "145€". No entendía nada, hasta que me di cuenta que había calculado mal el precio del jersey, y que costaba 100€ (¿cómo me lo iba a imaginar, si todo en la tienda era bastante barato?). Así que le dije como pude al dependiente que no lo quería.

...En realidad, la historia es algo más compleja. En un principio no me di cuenta, pero tuve la gran suerte (no sé qué política de devoluciones tienen, y sobre todo son problemas si no controlas el idioma) de que no funcionaba mi tarjeta en esa tienda (la única hasta ahora). Así que tuve que decirles que me apartasen la ropa y que iba a un cajero, y de camino me di cuenta que no me cuadraban las cuentas.

Todo esto en japonés, claro. Me hizo sentir muy bien, porque además me probé dos tallas de los pantalones interiores (S y M según estaba escrito en la percha) y me parecían igual. Así que se lo dije a la chica, también en japonés y esta vez bastante "avanzado" (no a lo indio). Tras un momento un poco perdida (le costó "aceptar" que la letra de la percha estaba equivocada) me confirmó que las dos eran una M. Así que al final me lo llevé todo M y tan feliz (se ve que los japoneses son más chiquitines, porque en España siempre uso la S y muchas veces hasta me está grande).

Cuando ya me iba, llegó Daniel y le acompañé a comprar algunas cosas. Los dos nos compramos una máquina para afeitarnos muy baratita (que luego en casa descubrí que funciona a pilas, y además AAA, esas de mando a distancia) y nos acercamos a un gimnasio con piscina que llevábamos queriendo ir hace tiempo, pues si nos apuntábamos este mes no pagábamos ni matrícula ni el primer mes (tenemos que ir al menos 3 meses). Daniel, como tiene cuenta de banco japonés, pagó 3 meses y el resto se los irán cargando. Yo decidí pagar de golpe 4 meses (hasta febrero incluído, porque marzo está muy en el aire) y fue un gran gasto, pero en realidad está muy bien de precio, y realmente necesito hacer algo de deporte.

(Por cierto, Álvaro, siento que te enteres de esta manera, pero SÍ, VOY A IR A NADAR CON OTRO.....)

Por la tarde estuve estudiando kanji en la sala común un buen rato, y cené con los tres chicos con los que fuimos al karaoke y que me caen genial. Esta semana tengo bastante trabajo, pero parece que empiezo a organizarme mejor. Ya iré contando....

¡Ah! ¡Se me olvidaba! Que si no lo cuento ahora, ya no encuentro el momento....

Esta tarde ha venido un chico que se graduó hace poco, a celebrarlo (o algo así...) y ha traído una caja de mandarinas y una algo increíble: dango (団子). Es eso que veis en la foto: mochis (bolitas de arroz pegajoso, que muchos de vosotros conocéis) ensartados a lo teriyaki, y cubiertos de salsas más o menos dulces (el mochi en sí no lleva azucar, pero yo considero que son comida dulce). El verde es edamame (soja en vainas frescas, no conocía esta versión y no he llegado a probarlo); el marrón, azuki (pasta de legumbres dulces, que es lo que llevan dentro la mayoría de mochis); el negro, sésamo; y el que parece que está cubierto de caramelo, que es un sirope hecho con una mezcla de salsa de soja, azúcar y un poquito de espesante (tipo maicena). Este último está increíble, y hay una versión de mochi frito con esta salsa que es típica de Hokkaido.

Creo que no podría comer "a lo japonés" toda mi vida, pero sí que se me pasa por la cabeza todo lo que voy a echar de menos cuando vuelva a España.

Esta tarde, además, Takahiro me ha preguntado si sabía alguna serie que pudiese ver para mejorar inglés después de descubrir yo, a través de él, "Anpanman", un anime bastante antiguo que es todo un clásico en Japón y bastante fácil de entender. Como él se comunica en inglés conmigo bastante bien, le he recomendado que vea "Como conocí a vuestra madre", pues es la serie que me permitió empezar a ver series sin subtítulos, y creo que puede aprender muchas cosas de la cultura occidental que intento contarle pero nos cuesta entendernos. El caso es que le he contestado diciéndole "Do you know 'How I met your mother'". Hasta que no le he explicado que era una serie, el pobre no entendía que tenía que ver su madre en todo esto...

Nada más por hoy. ¡Hasta el próximo rato que tenga para escribir algo!

-AVISO: La entrada la escribí anoche, aunque no me dio tiempo de subir las fotos y por eso lo publico hoy. Lo digo por si confunde que hable de "ayer" y de "hoy"-

10 comentarios:

  1. Ángel!

    ¡están superchulas las fotos del flickr! ¡y qué pasada de casa! a mi también me gusta un montón... tus fotos están genial tío, la foto de la señora del kimono me encanta... no sé si es la luz o su expresión pero tiene algo especial.

    Por aquí todo bien, el sábado hicimos comida de los amigos en casa y me acordé de ti cuando les ofrecí café. Gadea ha entrado ya en su inmersión japonesa sin retorno, ya te contará ella. Por cierto, me adelantado! soy el primero en comentarte! uueee!

    Un abrazo Ángel!

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  2. Jajaja ¡Que ilusión!

    ¡Gracias por lo de las fotos! La verdad es que me acuerdo mucho de cosas que me comentabas cuando íbamos al molino, que tu también haces fotos muy muy chulas. (Por cierto, ¿qué sabes de Monse? XD)

    Que envidia lo de las cenas... ¡las echo tanto de menos! Cada vez que alguno me decís que tenéis cena me da una pena no poder estar ahí... Pero bueno, no se puede tener todo.

    ¡Un abrazo muy grande! ¡Y a ver si coincidimos que contigo creo que no he hablado salvo un par de minutos la primera semana!

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  3. Buah, qué pinta tienen esos mochis de salsita tipo caramelo! Es que me da hambre y todo jajaja.
    Me ha gustado mucho la foto de "la casa que más te ha gustado", esa no está en flikr, ¿no?
    Ah, y pobre Takahiro, me encantan los líos que os hacéis con los idiomas ("¿Tú sabes cómo conocí a tu madre?" Buenísimo, me parto)
    Bueno, sigue así de bien con el blog, que me encanta, y a ver si consigues la receta de los mochis...me harías taaan feliz!

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  4. Jajajaja. Me parto con tu comentario de Montse xD
    Y yo también echo un poquito de menos las cenas en vasquilandia :P Pero no se puede tener todo, siempre queremos lo que no tenemos...

    Perdona que comente primero sobre los comentarios, pero es lo último que he leído :P

    Tampoco sé muy bien qué decirte sobre lo demás (es la 1 de la noche y estoy espesilla ya :P) Yo no podría comer a lo japonés. Pero me pasará lo mismo con la comida italiana, nada que ver a como la hacen en España :P

    Hasta el próximo post! :D

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  5. Jajaja la receta de los mochis es muy sencilla (que no fácil...). Pero creo que lo difícil es encontrar los ingredientes

    No te preocupes, Laura, ¡ni que estuvieseis obligados a escribir! jeje ¿¿En serio estás cansada de la comida italiana??

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  6. Angel, te va a tocar traer los ingredientes del mochi de contrabando... y luego invitamos a Takahiro a pasar una temporadita a España a cambio de que traiga más ingredientes jijiijiji!

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  7. No sabía que el dango eran mochis!! xDD Yo que creia que era en plan más takoyaki o asi... Jajaja!!! Quiero, quiero!!

    Por cierto Adri, yo intente hacer mochis en su dia, y es DIFICILISIMO. Me quedé con la pasta exterior hecha, pero vamos, no llegué a hacer más... Un montón de trabajo. >.<

    La casita que han trasladado parece una de cuento de los hermanos grimm con esa cubierta azul xDD

    Me alegro de que te estén paseando por ahi a ver cosas =P Me voy a empezar a sentir mal por Takeshi, pero es que él no para quieto y no tengo la oportunidad de enseñarle nada! xDD

    Esta vez he andado algo despiestada con la entrada xD, pero no volverá a pasar!!! Jajaja!!

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  8. A mi me encanta la casa "meneada" parece una tarta de chocolate.
    No paro de mirar la foto del tatami que me encanta y que la tengo como fondo de pantalla pero no acierto a comprender ¿Como paneles tan finos funcionan con temperaturas tan extremas como tendreis cuando avance la estacion?

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  9. Noooo! Me has entendido mal! xD No me canso!! jajaja
    Me refería sólo a que cuando vuelva la echaré de menos, jejeje.

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  10. Jajaja, está claro que me voy a llevar un montón de cosas de comida desde aquí... si por mi fuese, ¡llenaría una maleta de equipaje extra solo con comida! Aunque supongo que ahora que conozco mejor los ingredientes de las cosas, podré comprar por internet, aunque me cuesten un poco más...

    Oye, Gadea, pues si sabes hacer "lo de fuera" ya es suficiente, porque estos no van rellenos. ¿Te salieron buenos? Ya, las casas son un poco de juguete jeje

    Los paneles son algo intermedio. La arquitectura en Japón es una arquitectura preocupada por las transiciones y la ambigüedad. Nunca tendrás una relación directa interior-exterior (además, está el tema de los zapatos XD)

    Ya, Laura, cuando volvamos vamos a echar tantas cosas de menos, y no solo la comida... aunque claro, también recuperaremos otras que ahora no tenemos :)

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